Esta calzara romana ha sido durante muchos siglos uno de los pocos puntos de unión entre las dos mesetas de la Península Ibérica, y que se extendía desde Valverde de Mérida en Badajoz y Portilla de la Reina en León.

Justamente antes de la subida al Puerto del Pico, en el puerto de Ramacastañas, se encontraba un puerto seco donde la Corona recaudaba el portazgo y el montazgo hasta el siglo XV, que después se desplazaría hasta un lugar llamado Arroyo Castaño ahora despoblado.

Su uso ha sido tanto como paso de la trashumancia dentro de la Cañada Occidental Leonesa, como paso de las carretas de la Real Carretería, llevando madera a Sevilla y volviendo luego cargadas de sal principalmente para las regiones al sur de Gredos.

El tramo cercano al Puerto tiene un buen estado de conservación, formado por tramos rectos con una fuerte pendiente y curvas cerradas. Estaba construido con cuatro capas superpuestas: cimiento, piedras grandes, grava y empedrado. Su perfil era ligeramente abombado para evitar encharcamientos y dispone de canales laterales. Además disponía de alcantarillas para canalizar los arroyos.

En la siguiente guía se pueden ver las 11 paradas que desde Cuevas del Valle se pueden recorrer disfrutando de un entorno único.

  Guía práctica: Calzada romana, un museo en la naturaleza